Decrecimiento / Dos semanas de guerra y terror en Gaza

(Tomado de sinpermiso.info / Link a nota original y completa : https://www.sinpermiso.info/textos/dos-semanas-de-guerra-y-terror-en-gaza-dossier)

Declaración de ONGs israelíes en favor de los derechos humanos y la paz

VV. AA.

Nosotros, miembros de las organizaciones de derechos humanos de Israel abajo firmantes, estamos conmocionados y horrorizados en estos espantosos días. Los horribles crímenes de Hamás contra civiles inocentes –entre ellos niños, mujeres y ancianos- nos han sacudido a todos, y estamos luchando por recuperarnos de imágenes y sonidos insoportables. Algunos de nosotros estábamos en las comunidades israelíes de la frontera de Gaza durante los ataques; muchos de nosotros tenemos familiares, amigos y colegas que soportaron y siguen soportando los desgarradores acontecimientos, y todos conocemos a personas que fueron asesinadas, heridas o secuestradas. Llevará tiempo comprender plenamente las implicaciones y consecuencias del atroz ataque de Hamás, para el que no puede haber justificación alguna.

La mayoría de nuestros equipos incluyen israelíes y palestinos; por lo tanto, algunos de nosotros tenemos familiares y colegas en Gaza que viven actualmente bajo el continuo asalto del ejército israelí. Niños, mujeres y ancianos se ven atacados indiscriminadamente sin lugar alguno en el que esconderse.

Incluso ahora -especialmente ahora- debemos mantener nuestra posición moral y humana y negarnos a ceder a la desesperación o al ansia de venganza. Mantener nuestra fe en el espíritu humano y en su bondad inherente es más vital que nunca. Una cosa está clara: nunca renunciaremos a nuestra fe en la humanidad, ni siquiera ahora, cuando hacerlo es más difícil que nunca.

Habiéndonos opuesto siempre a que se dañe a civiles inocentes, sigue siendo nuestro deber en estos terribles momentos -mientras contamos nuestros muertos en el lado israelí y nos preocupamos por los heridos, los desaparecidos y los seres queridos secuestrados, y mientras se lanzan bombas sobre barrios residenciales de Gaza, aniquilando a familias enteras sin posibilidad de enterrar a los muertos- alzar nuestras voces alto y claro contra el daño a todos los civiles inocentes, tanto en Israel como en Gaza.

Pedimos la liberación inmediata de todos los rehenes y el fin de los bombardeos contra civiles en Israel y en Gaza. Debe permitirse que la ayuda humanitaria llegue a la población civil, que no se dañen las instalaciones médicas ni los lugares de refugio, y que no se corten recursos vitales como el agua y la electricidad. La matanza de más civiles no traerá de vuelta a los que se perdieron. La destrucción indiscriminada y un asedio que dañe a inocentes no traerán alivio, justicia ni calma.

Como personas que trabajan para promover los derechos humanos y que creen en la inviolabilidad de la vida, pedimos urgentemente que se ponga fin a todo daño indiscriminado de vidas e infraestructuras civiles. Pedimos que se entablen negociaciones y se adopten todas las medidas posibles para lograr la liberación de los rehenes, dando prioridad a los civiles retenidos por Hamás. Es lo único humano y racional que se puede hacer, y debe hacerse ahora.

Firman: Mothers Against Violence [Madres contra la Violencia] | Itach Ma’aki – Women Lawyers for Social Justice [Abogadas por la Justicia Social] | Amnesty International Israel [Aministía Internacional Israel] | BIMKOM – Planners for Planning Rights [Planificadores pro Derechos de Planificación] | B’Tselem | Gisha | The Association for Civil Rights in Israel [Asociación pro Derechos Civiles en Israel] | Public Committee Against Torture in Israel [Comité Público contra la Tortura en Israel]| Parents Against Child Detention [Padres y Madres contra la Detención de Niños]| Hamoked – Center for the Defence of the Individual [Centro para la Defensa del Individuo] | Zazim – Community Action [Acción Comunitaria] | Haqel – In Defense of Human Rights [En Defensa de los Derechos Humanos] | Yesh Din | Combatants for Peace [Combatientes por la Paz]| Mehazkim | Machsom Watch | Women Wage Peace [Las Mujeres Libran la Paz] | Akevot Institute for Israeli-Palestinian Conflict Research [Instituto Akevot de Investigación del Conflicto Israelí-Palestino]| Standing Together [Estar Unidos][| Ir Amim | Emek Shaveh | The Parents Circle-Families Forum [Círculo de Padres y Madres –Foro de las Familias]| Rabbis for Human Rights [Rabinos pro Derechos Humanos] | Physicians for Human Rights–Israel [Médicos pro Derechos Humanos – Israel] | Breaking the Silence [Romper el Silencio]| Torat Tzedek | A Land for All – Two States One Homeland [Una tierra para todos – Dos Estados, Una Patria]  | Academia for Equality [Mundo Académico por la Igualdad] | Your Neighbor As Yourself [Al Prójimo como a Ti Mismo]| Kerem Navot | Other Voice [Otra Voz]

Israel, de octubre de 2023

Nunca ha sido más importante que hoy el movimiento BDS

Omar Barghouti

En tiempos de carnicería, agitación como de rebaño y polarización tribal, muchos pueden descartar los principios éticos como una molestia o un lujo intelectual. Yo no puedo y no lo haré. Nada deseo más que ver el fin de toda violencia en Palestina y en todas partes, y precisamente por eso me comprometo a luchar contra las causas profundas de la violencia: la opresión y la injusticia.

Tengo amigos y colegas muy queridos en el «campo de prisioneros» de Gaza, como lo denominó en cierta ocasión el ex primer ministro británico David Cameron, un gueto moderno cuyos 2,3 millones de residentes son predominantemente refugiados descendientes de comunidades que sufrieron matanzas y limpiezas étnicas planificadas durante la Nakba de 1948. El bloqueo ilegal de Israel durante 16 años, con ayuda de los Estados Unidos, de Europa y el régimen egipcio, ha convertido Gaza en una zona ”invivible”, según Naciones Unidas, donde el sistema sanitario está al borde del colapso, casi toda el agua es no potable, alrededor del 60% de los niños padecen anemia y muchos niños sufren retraso en el crecimiento debido a la desnutrición. Las desgarradoras historias de muerte, destrucción y desplazamiento que mis amigos comparten conmigo me entristecen e indignan al mismo tiempo. Pero sobre todo me motivan a contribuir aún más al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que cofundé en 2005, como modesta aportación mía a nuestra lucha de liberación.

El movimiento BDS, antirracista y no violento, apoyado por sindicatos de trabajadores y agricultores, así como por movimientos por la justicia racial, social, de género y climática que representan colectivamente a decenas de millones de personas en todo el mundo, se inspira en la lucha sudafricana contra el apartheid y en el movimiento estadounidense por los derechos civiles. Pero tiene sus raíces en una herencia centenaria, a menudo no reconocida, de resistencia popular palestina indígena al colonialismo de asentamientos y al apartheid. Esta resistencia no violenta ha adoptado muchas formas, desde huelgas masivas de trabajadores a marchas encabezadas por mujeres, pasando por la diplomacia pública, la apertura de universidades, la literatura y el arte.

Apoyado por movimientos de base, sindicatos y partidos políticos palestinos que representan a la mayoría absoluta de los palestinos en la Palestina histórica y en el exilio, el BDS exige el fin de la complicidad internacional corporativa, institucional y de los estados en el régimen de opresión de Israel para que los palestinos podamos disfrutar de nuestros derechos estipulados por la ONU. En ello se incluye el fin de la ocupación militar y el apartheid, así como el respeto del derecho internacionalnente reconocido de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares.

Una línea importante, aunque a menudo olvidada, del breve Llamamiento del BDS apelaba a las personas de conciencia de todo el mundo a «presionar a sus respectivos estados para que impongan embargos y sanciones contra Israel», e invitaba a «los israelíes concienciados a apoyar este llamamiento, por el bien de la justicia y de una paz genuina». De hecho, un pequeño pero significativo número de judíos israelíes se ha unido al movimiento y ha desempeñado un papel importante en nuestras campañas, que han conseguido que importantes fondos de inversión, iglesias, empresas asociaciones, equipos deportivos y artistas stment fundschurchescorporationsacademic associationssports teamsartists, entre otros, pongan fin a su complicidad, o se nieguen a implicarse, en las violaciones de derechos humanos cometidas por Israel.

Esta vez, sin embargo, muchos gobiernos y medios de comunicación occidentales están repitiendo como loros una desinformación perniciosa mientras afirman que la última crisis comenzó el 7 de octubre con un ataque «no provocado» contra Israel. Calificar de «no provocada» la incursión de los grupos palestinos no sólo carece de ética, sino que es un típico tropo racista antipalestino que nos considera seres humanos relativos que no merecemos tener derechos humanos plenos. ¿Por qué, si no, se consideraría invisible o indigna de condena y rendición de cuentas la implacable y lenta muerte y la violencia estructural resultante del régimen de injusticia que Israel mantiene contra nosotros desde hace 75 años?

Me inspiran las palabras del filósofo brasileño Paulo Freire, que escribió: «Con el establecimiento de una relación de opresión comienza ya la violencia. Nunca en la historia la violencia la han iniciada los oprimidos… La violencia la inician aquellos que oprimen, que explotan, que no reconocen a los demás como personas – no quienes son oprimidos, explotados y no reconocidos». La reacción del oprimido, se considere o no legal o éticamente justificable, es siempre eso, una reacción a la violencia inicial del opresor.

En armonía con el Derecho internacional, el movimiento de BDS ha defendido sistemáticamente el derecho del pueblo palestino a resistirse a la ocupación militar y la colonización de Israel «por todos los medios disponibles, incluida la resistencia armada», tal y como ordenan numerosas resoluciones de la ONU, entre ellas la Res. AGNU 37/43) y la Res. AGNU 45/130, con estricto cumplimiento de la prohibición de «atacar a no combatientes». Está prohibido causar daño a civiles, ya sea por parte del opresor o del oprimido, a pesar del enorme desequilibrio de poder y de la asimetría moral igualmente inmensa entre ambos.

Antes incluso del 7 de octubre, el gobierno de extrema derecha sin máscara de Israel, el más racista, fundamentalista y sexista de la historia de su historia, había ido recrudeciendo sus despiadados ataques contra las vidas y los medios de subsistencia de millones de palestinos, con total impunidad. El hecho de que la Cisjordania ocupada se encuentre parcialmente bajo control de la Autoridad Palestina, implicada en la «coordinación de seguridad» con la ocupación israelí, no ha salvado a los palestinos de allí de una Nakba continua de pogromos, ejecuciones extrajudiciales, desposesión, anexión, construcción de asentamientos ilegales, humillación diaria y negación de derechos básicos.

Comprender el contexto y las causas de la resistencia no implica aceptar sus tácticas de atacar a civiles, y el contexto en este caso es estremecedor. Los palestinos de Gaza se enfrentan a una oleada sin precedentes de bombardeosn israelíes indiscriminados, entre ellos con munición de fósforo blanco, que han tenido como objetivo escuelas, universidades, barrios residenciales enteros, redes de telecomunicaciones, mercados, mezquitas, así como trabajadores sanitarios de CICR, personal de la ONU y ambulancias, matando a más de 1.030 niños.

Para agravar este horror, el ejército israelí ha cortado por completo por completo el suministro de agua, alimentos, medicinas y electricidad a Gaza, aplicando su Doctrina Dahiya. Desarrollada en 2008 en colaboración con la Universidad de Tel Aviv, esta doctrina exige atacar a civiles e infraestructuras civiles con una «fuerza desproporcionada» para infligir una destrucción demoledora, lo que constituye un crimen de guerra. El martes, un portavoz del ejército israelí reconoció: «En los ataques [en Gaza] se hace hincapié en el daño, no en la precisión.» Tratando de justificar su decisión de imponer un «asedio total» a millones de palestinos, el ministro de guerra israelí, Yoav Gallant, declaró: «Luchamos contra animales humanos y actuamos en consecuencia». Lamentando la pérdida de vidas civiles en ambos bandos, sin tomar partido ni ignorar la opresión de décadas, Jewish Voice for Peace  [organización pacifista judía norteamericana] condenó el racismo de Gallant afirmando: «Como judíos, sabemos lo que ocurre cuando se llama animales a las personas. Podemos y debemos detener esto. “Nunca más” significa “nunca más” – para nadie».

De hecho, hace unos meses, Michael Barnett, estudioso del genocidio, planteaba la pregunta: «¿Se desliza Israel por el precipicio del genocidio?». Dada la total impunidad de Israel, envalentonado por la arraigada complicidad estadounidense y europea, y en una atmósfera de deshumanización imperante, el Raz Segal, estudioso israelí del genocidio, cree que su ataque a Gaza es «un caso de genocidio de manual«. En una situación de violencia tan espantosa, la coherencia moral es indispensable. Quienes no han condenado la violencia originaria y continuada de la opresión carecen de legitimidad moral para condenar los actos ilegales o inmorales de violencia cometidos por los oprimidos.

Y lo que es más importante, la obligación ética más profunda en estos tiempos es actuar para poner fin a la complicidad. Sólo así podemos esperar acabar realmente con la opresión y la violencia. Como muchos otros, los palestinos sentimos amor y nos preocupamos. Tenemos miedo y nos atrevemos. Tenemos esperanza y a veces nos desesperamos. Pero, por encima de todo, aspiramos a vivir en un mundo más justo, sin jerarquías de sufrimiento, sin jerarquías de valor humano, y en el que se aprecien y defiendan los derechos y la dignidad humana de todos.

El mundo es cómplice de un modelo que se ha hundido en Gaza

Michael Schaeffer Omer-Man

La política de separación y contención ha sido fundamental para el apartheid israelí. No se puede permitir que dicte la realidad de los palestinos cuando se disipe el humo.

La política israelí de separación y contención está fracasando ante nuestros ojos. Horrorosamente. La desastrosa idea de que se puede tratar la Franja de Gaza como algo separado del resto de Palestina, y de que la disuasión militar y la tecnología israelíes son suficientes para mantener la violencia a un nivel suficientemente manejable que no obligue a tomar decisiones políticas importantes, se vino abajo con las imágenes de camiones llenos de combatientes de Hamás que cruzaban la valla de separación de Gaza el 7 de octubre.

A lo largo de la mayor parte del siglo XXI, Israel ha aplicado en Gaza políticas que juzgaba le darían espacio para continuar con sus regímenes de apartheid y ocupación. Manteniendo la separación, fomentando los cismas políticos y haciendo todo lo posible por cortar los lazos culturales, económicos e incluso familiares entre los palestinos de Cisjordania, Israel y Gaza, esperaba compartimentar a cada población y tratar los retos políticos y de seguridad que cada una de ellas planteaba de modo discretos. Al retirar sus tropas y colonos de Gaza, tal como hizo en 2005, creyó Israel que podría evitar la presión internacional para hacer lo propio en Cisjordania.

Esa era ha terminado.

El gobierno israelí ya está configurando la realidad geopolítica que surgirá cuando el humo se disipe finalmente sobre Gaza. Incluso en esta fase inicial, la forma en que intente alcanzar sus objetivos tangibles para esta guerra incipiente -garantizar que Hamás ya no pueda gobernar ni suponga una amenaza para Israel- forjará también la realidad política de las próximas décadas. Aún no sabemos cuál es esa visión, pero no ha de caber duda de que mientras siga al frente el actual gobierno israelí, cualquiera que sea la forma que adopte estará diseñada para afianzar el apartheid y la desigualdad.

Si hay alguna posibilidad de alterar esa trayectoria, la comunidad internacional tendrá que reconocer urgente y explícitamente que la anterior política israelí de separación y contención en Gaza, de la que fue cómplice, es un paradigma que se ha hundido, y que no puede haber una «respuesta» a Gaza independiente del resto de la cuestión palestina en general. Con su visita de hoy a Israel, el Presidente Biden tiene la oportunidad de liderar los esfuerzos para poner fin a esta guerra de forma que se allane un nuevo camino para el futuro.

Sólo encogerse de hombros

Israel plantó las semillas de su política de separación y contención de Gaza en 1991, cuando dejó de permitir a los gazatíes entrar y salir libremente del territorio. Con el cambio de siglo, Israel comenzó a cercar Gaza. Cuando retiró sus tropas y colonos de la franja en 2005, sus dirigentes propagaron la fantasiosa idea de que Israel se había lavado las manos del territorio costero. Después de que Hamás se hiciera con el poder en 2006, Israel sitió a toda la población de Gaza, lo que provocó la devastación económica, la pobreza más absoluta y el encarcelamiento de dos millones de civiles, aplicado cada pocos años mediante campañas de bombardeos a las que se aludía alegremente como “cortar el césped” or “mantenimiento”.

Los sucesivos gobiernos israelíes convencieron al mundo de que sus políticas hacia Gaza estaban justificadas por la seguridad, algo por lo que Israel no tendrá dificultades para cosechar simpatía y comprensión en años venideros. Pero los principales objetivos de la retirada, el asedio y la política de separación eran puramente políticos: garantizar la supervivencia de un régimen de apartheid. Esto no fue nunca un secreto, pero, al igual que con la disonancia cognitiva que permitió a Israel tragarse el defectuoso paradigma de la separación, la comunidad internacional también optó por mirar hacia otro lado.

Un año antes de la retirada de Gaza, Dov Weissglas, jefe de gabinete del primer ministro israelí, Ariel Sharon, y persona de contacto con la Casa Blanca de George W. Bush, explicó que la decisión de Sharon de llevar a cabo la retirada de Gaza se basaba en la creencia de que quitaría fuelle a la futura presión internacional para que se retirase de la Cisjordania ocupada. «La retirada es en realidad formol», afirmó Weissglas. «Proporciona la cantidad de formol necesaria para que no haya un proceso político con los palestinos».

Funcionó. Cuando Israel archivó la segunda parte del plan de retirada, “la Convergencia”, que debía eliminar la mayoría de los asentamientos israelíes en Cisjordania que no estuvieran cerca de la Línea Verde, la comunidad internacional simplemente se encogió de hombros. Cuando en 2014 el primer ministro Benjamín Netanyahu se comprometió a que no pondría nunca fin a la ocupación de Cisjordania tras torpedear el último intento serio de negociación, el mundo no hizo nada. Cuando Israel intensificó la crueldad de su asedio a Gaza a lo largo de los años, el mundo siguió mirando hacia otro lado. Y cuando Israel dijo claramente que el asedio no tenía que ver con la seguridad, sino con un castigo colectivo, nadie se opuso.

A pesar de no haber elegido nunca al gobierno autocrático de Hamás en Gaza, Israel decidió que toda la población civil de Gaza es responsable de todos y cada uno de los cohetes que dispara. Es cierto que Hamás obtuvo mayoría relativa de votos en las últimas elecciones legislativas palestinas celebradas en 2006, pero apoyó a un gobierno dirigido por Al Fatah hasta que ambos libraron una sangrienta guerra civil que condujo a la expulsión de Al Fatah de Gaza un año después. Los palestinos de Gaza no sólo nunca eligieron a Hamás para que fuera su gobierno, sino que tampoco se les ha dado nunca una alternativa.  

En una de las expresiones más tajantes de esa política, el presidente israelí, Isaac Herzog, insistió esta semana ante periodistas extranjeros en que toda la nación palestina es responsable del atentado de Hamás que mató a más de 1.400 civiles israelíes: «Podrían haberse sublevado. Podrían haber luchado contra ese régimen malvado que se apoderó de Gaza en un golpe de Estado».

Para ello, Israel hizo todo lo posible por convertir Gaza en un lugar indeseable para vivir. Su política de separación hacia la franja, anterior a la toma del poder por Hamás, pretendía crear «una brecha clara y perceptible en el crecimiento económico y la gobernanza entre la franja de Gaza y Cisjordania», según escribió Udi Dekel, ex jefe de la Dirección de Planificación del ejército israelí y durante mucho tiempo director del grupo de expertos israelí del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS).

En un documento anterior, exponía Dekel los objetivos de Israel en términos más contundentes: «Demostrar especialmente a los residentes de Gaza el precio de su apoyo a Hamás». Salvo un golpe violento, no está claro cómo esperaba Israel que respondieran los palestinos a su intento de matarlos de hambre -de esperanza y alimentos- para que se sometieran a Israel y fueran leales a Fatah, rival de Hamás, y a su gobierno. En cualquier caso, no funcionó. El gobierno de Fatah nunca ha sido tan impopular, mientras que Hamás no ha hecho más que fortalecerse, política y militarmente.

Cambiar el paradigma

No sabemos qué es lo siguiente que va a ocurrir en esta guerra. La dinámica puede cambiar rápidamente. Pueden cambiar los planes militares, al igual que nuestra comprensión de los mismos. La carta blanca que las potencias occidentales le han concedido a Israel a raíz de las atrocidades cometidas por Hamás disminuirá probablemente a medida que aumente el número de civiles asesinados en Gaza, sobre todo si Israel es sincero sobre su objetivo de acabar con la capacidad de Hamás de volver a ser una amenaza, lo que implicará invariablemente una invasión terrestre. El apoyo de la opinión pública israelí puede disminuir si aumentan inesperadamente sus propias bajas.

Sin embargo, acabar con el dominio de Hamás en Gaza es un objetivo militar y, como dice el cliché, la guerra es política por otros medios. El objetivo político de Israel, tal y como lo han articulado analistas y políticos en los últimos días, podría incluir: intentar cortar completamente los lazos de Gaza tanto con Israel como con Cisjordania, convirtiéndola de alguna manera en problema de Egipto o de otros países de la región; o alternativamente, entregar el control de Gaza a la Autoridad Palestina, controlada por Fatah; o fomentar la huida de los palestinos de Gaza. De lo que podemos estar seguros es de que, bajo este gobierno israelí, ninguna de esas medidas políticas está destinada a promover la autodeterminación palestina, los derechos de los palestinos o un futuro justo para palestinos e israelíes.

No se puede permitir que Israel modele por sí solo la realidad política del día después de esta guerra. Sin embargo, para que los Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional lleguen a un punto en el que estén dispuestos a dar esos pasos, primero tendrán que rechazar el anterior paradigma político que les vendió Israel: su política de separación. En multitud de sentidos, eso será más difícil: en todo caso, la crudeza y el alcance de la violencia de la semana pasada sirvieron para acelerar el odio existente entre grupos, el trauma y la demonización del otro, convirtiendo las perspectivas ya de por sí descabelladas de un futuro pacífico y democrático juntos en algo casi impensable.

La laxitud de Israel para determinar una vez más el futuro de la vida en Gaza también demuestra innegablemente que sólo hay un soberano efectivo entre el río y el mar. No hay un camino claro desde este momento a un futuro en el que la comunidad internacional reconozca esta realidad de apartheid de un solo Estado y actúe en consecuencia, pero es innegable que se está produciendo un momento de cambio poco frecuente, abierto por la comprensión, basada en la semana pasada, de que no hay vuelta atrás al orden anterior.

Este es el momento en que Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional pueden -y deben- rechazar de una vez por todas el paradigma que afirma que el asedio, la ocupación y el apartheid hacen que nadie esté a salvo. Es el momento de deliberar seriamente sobre alternativas que no eludan el fin del asedio, la ocupación y el apartheid sólo para conseguir unos años de tranquilidad.

Puede que no sea un resultado probable, pero como facilitador mayor del apartheid y la ocupación israelíes, el gobierno de Biden tiene el deber de intentarlo. La alternativa es condenar a otra generación de niños a crecer en una realidad de apartheid y guerra constante.

Por qué me niego a condenar a Hamás o a los colonos israelíes, pero insisto en que nosotros, europeos y norteamericanos, somos los culpables de las atrocidades en Israel-Palestina

Yanis Varoufakis

Cuando Hamás lanzó su ofensiva contra Israel, consternado yo por la carnicería y el coste humano que supondría, intenté atravesar la niebla de la guerra, todo el miedo y todo el odio, y centrarme en cambio en lo que podría poner fin al interminable ciclo de inhumanidad. ¿Cuál era su causa fundamental? ¿Hamás? ¿Los colonos israelíes? ¿Netanyahu? ¿La Autoridad Palestina? ¿Los israelíes? ¿Los palestinos? No. Aunque todos los anteriores son actores de un infame drama, no son su autor, su creador. ¿Quién o qué lo es?

Mi respuesta: la creación a lo largo de un decenio de un apartheid permanente y blindado. El apartheid ES violencia. Esa es la causa fundamental de la violencia sin fin. Por eso, mi primer comentario inmediatamente después de la brutal ofensiva de Hamás (el 7 de octubre) rezaba así: «El camino para acabar con la trágica pérdida de vidas inocentes -tanto palestinas como israelíes- comienza con un primer paso crucial: el fin de la Ocupación y el apartheid israelíes».

El 8 de octubre, durante una entrevista en Berlín, me negué a condenar a Hamás o a los colonos israelíes que cometen atrocidades en el conjunto de Israel-Palestina. En su lugar, expresé mi condena hacia nosotros, europeos y norteamericanos, como los verdaderos villanos que, a lo largo de decenios, nos hemos mantenido de brazos cruzados mientras la causa subyacente de estas atrocidades, el apartheid, se convertía en un hecho consumado.

¿Por qué no tomé el camino más fácil de condenar, por un lado, a Hamás y defender, por otro, los derechos de los palestinos? Porque quería dejar claro que somos nosotros, los europeos y los norteamericanos, quienes debemos ser condenados. Porque somos nosotros, los europeos y los norteamericanos, quienes, con nuestras condescendientes condenas moralistas rituales (unilaterales o equidistantes), hemos estado haciendo imposible la paz en Israel-Palestina.

Permítanme explicar por qué digo esto. ¿Por qué expreso mi condena hacia nosotros, europeos y norteamericanos, y no hacia Hamás, los colonos, Netanyahu o cualquiera otro de los actores de este drama? Porque hemos permitido que nuestros gobiernos permitan a los sucesivos gobiernos israelíes creer que, en lugar de un Tratado de Paz, Israel puede contener a los palestinos detrás de vallas y de toda una arquitectura de apartheid, ya sea para dejarlos allí como infrahumanos o para hacer que poco a poco se marchen a tierras lejanas. Porque hemos permitido que Israel imponga a los palestinos un cruel dilema: o morir de una terrible, silenciosa y gradual muerte colectiva o tomar las armas y, a menudo, llevarse por delante a personas inocentes.

¿Cómo hemos permitido esto nosotros, los europeos y los norteamericanos? Lo hemos permitido callándonos como muertos cuando los palestinos sufren asesinatos, desalojos y crímenes de guerra. Desestimando los crímenes de guerra israelíes (como los cometidos ahora que están dejando Gaza como si fuera un aparcamiento) como «inevitables», como actos de Dios, como un volcán que entra en erupción según su costumbre, según le dicta su naturaleza. Y emitiendo severas condenas contra los palestinos, llamándoles «animales» y «salvajes», cuando algunos de ellos arremeten violentamente, brutalmente, en respuesta al lento genocidio que el Estado del Apartheid está imponiendo de modo calculado a sus familias y comunidades. Esta postura nuestra, con nuestras condenas rituales de la violencia palestina y la aceptación del derecho de Israel a cometer crímenes de guerra en defensa propia, es el regalo perfecto para los extremistas de ambos bandos: Hamás nos adora por ello, ya que confirmamos la indiferencia occidental ante el sufrimiento palestino. Los colonos y Netanyahu, por su parte, también nos adoran, ya que les damos luz verde para reforzar su programa de apartheid y limpieza étnica.

No hay nada que pueda justificar la violencia deliberada contra los que no son combatientes. Atacar a israelíes en una fiesta está mal, bombardear hospitales palestinos está mal, secuestrar a niños ucranianos está mal, torturar a prisioneros rusos está mal… De hecho, la nacionalidad, la identidad de la víctima o del atacante es del todo irrelevante. O bien atacar a inocentes está SIEMPRE, lo haga quien lo haga, o bien te estás permitiendo una indignación selectiva (como, por ejemplo, la de Ursula von der Leyen) que equivale a excusar los crímenes de guerra de tu bando mientras condenas enérgicamente los crímenes de guerra del otro bando. Y esto es el fin de la ética, el fin de cualquier posibilidad de Derecho Internacional que merezca ese nombre.

Mi respuesta a los defensores del derecho de Israel a imponer el apartheid también es inequívoca:

Si no han condenado el asesinato por Israel de periodistas, médicos y niños desarmados, han perdido el derecho a condenar ahora las atrocidades de Hamás. La Convención de Ginebra sobre crímenes de guerra se aplica a todos o no se aplica a nadie. Y quien la invoque contra los débiles mientras exime a los poderosos está cayendo en una obscenidad.

En resumen, quienes exijan de mí una condena de Hamás o de los colonos israelíes o de cualquiera de los beligerantes en Israel-Palestina no la van a tener: porque esas condenas ritualistas por nuestra parte, de europeos y norteamericanos, echan leña al fuego: son parte del problema, no de la solución. Lo que DEBEMOS hacer lo expliqué en aquella controvertida entrevista:

«(E)sta increíble tragedia debe convertirse en una oportunidad para que los europeos despertemos y nos redimamos exigiendo que demos todos conjuntamente un primer paso decisivo hacia la paz, como es la destrucción del Estado de apartheid, tal como hicimos en el caso de Sudáfrica”.

En resumen, precisamente porque me horroriza el ciclo interminable de atrocidades perpetradas por ambos bandos, me niego a participar en la ritualista indignación moral selectiva junto a quienes estratégicamente hacen la vista gorda ante el origen de todas las atrocidades: el apartheid de Israel.

Preguntas frecuentes y apremiantes

Sin duda, Israel no se parece en nada al Apartheid sudafricano y Hamás no se parece en nada al Congreso Nacional Africano (CNA) de Mandela.

Nelson Mandela nunca tuvo duda alguna de que los palestinos vivían bajo el apartheid [sabía también bien que Israel era, abiertamente, el mejor aliado de los supremacistas blancos de Pretoria]. Desmond Tutu, héroe del movimiento antiapartheid en su lugar de origen, también lo entendía así, y lo enunció estupendamente.

Por supuesto, Hamás no se parece en nada al CNA [yo nunca dije que lo fuera] pero el apartheid de Israel sigue el modelo del apartheid contra el que luchó el CNA. La cuestión es que el apartheid (sudafricano o israelí) ES violencia y, por tanto, engendra violencia. Y la única forma de acabar con la violencia es acabar con el apartheid, y no el condenar moralmente la violencia mientras se hace la vista gorda ante el apartheid.

¿No está librando Israel una guerra por su propia existencia?

No, no lo está. Israel es un Estado dotado de armas nucleares, con el ejército quizá más avanzado tecnológicamente del mundo y la panoplia de la maquinaria militar estadounidense (incluidos portaaviones que ya están preparados) cubriéndole las espaldas. No hay simetría con Hamás, un grupo que puede causar graves daños a los israelíes pero que no tiene capacidad alguna para derrotar al ejército de Israel, ni siquiera para impedir que Israel siga aplicando el lento genocidio de los palestinos bajo el sistema de apartheid que se ha erigido con el apoyo de los Estados Unidos y la UE desde hace mucho tiempo.

¿No está justificado que los israelíes tengan miedo de que Hamás quiera exterminarlos?

¡Por supuesto que lo está! Los judíos han sufrido el Holocausto, al que precedieron innumerables pogromos y un antisemitismo profundamente arraigado que impregnó Europa y Norteamérica durante siglos. Es natural que los israelíes vivan con miedo a un nuevo pogromo si el ejército israelí se retira. Sin embargo, al imponer el apartheid a sus vecinos, al tratarlos como infrahumanos, el Estado israelí aviva el fuego del antisemitismo, refuerza a Hamás y, en definitiva, contribuye a la terrible inseguridad que consume a los judíos de Israel y de la diáspora. El apartheid contra los palestinos no es la mejor defensa de los israelíes, por decirlo suavemente.

¿Y el antisemitismo?

Es siempre es un peligro claro y presente. Y hay que erradicarlo, sobre todo entre las filas de los palestinos que luchan por sus libertades civiles, así como de los corazones y las mentes de sus partidarios en el resto del mundo. Para conocer mi opinión sobre el antisemitismo, véase aquí.

¿Condeno las atrocidades de Hamás?

Condeno todas y cada una de las atrocidades, sea quien sea el autor o la víctima. Lo que no condeno es la resistencia armada a un sistema de apartheid diseñado como parte de un programa de limpieza étnica de combustión lenta pero inexorable.

Entonces, ¿creo que lo que hizo Hamás hace una semana es un acto legítimo de resistencia? ¿O «sólo» una atrocidad criminal?

Derribar la valla ilegal y luchar contra el ejército israelí que enjaula a los palestinos no fue una atrocidad. Matar a civiles (viejos o jóvenes) fue una atrocidad repugnante. Como en todas las guerras, los crímenes de guerra son indefendibles.

¿Por qué los palestinos no persiguen sus objetivos por medios pacíficos?

Lo han hecho. La OLP ha reconocido a Israel y ha renunciado a la lucha armada. ¿Y qué ha conseguido a cambio? Humillación absoluta y limpieza étnica sistemática. Es eso lo que ha alimentado a Hamás y lo ha encumbrado a los ojos de muchos palestinos como única alternativa a un lento genocidio bajo el apartheid de Israel.

¿Qué debería hacerse ahora? ¿Qué podría llevar la paz a Israel-Palestina?

Un alto el fuego inmediato. La liberación de todos los rehenes (los de Hamás y los miles retenidos por Israel). Y un proceso de paz, bajo la ONU, apoyado por un compromiso de la Comunidad Internacional de acabar con el apartheid y salvaguardar la igualdad de libertades civiles para todos. En cuanto a lo que debe substituir al apartheid, corresponde a israelíes y palestinos decidir entre una solución de dos estados y una solución de un estado único laico [por si sirve de algo, la posición de DiEM25, a la que se llegó tras un largo y enérgico debate, era que la solución de los dos estados está ya obsoleta y que la solución más realista es un Estado único con igualdad de derechos civiles para todos. Véase aquí].

Lista de crímenes de guerra y crímenes calificados de genocidio cometidos por Israel en Gaza entre el 7 y el 14 de octubre de 2023

Yanis Varoufakis

Los defensores del bombardeo y la invasión de Gaza por parte de Israel me han desafiado a ofrecer una lista «por capítulos» de los crímenes de guerra que Israel ha cometido desde la ofensiva de Hamás del 7 de octubre. He aquí una lista indicativa, pero no exhaustiva. No hay duda: Israel está invirtiendo en crímenes de guerra para llevar a cabo su reconquista y limpieza étnica de Gaza mientras, al mismo tiempo, practica tácticas similares en Cisjordania y Jerusalén Este.

Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional – Genocidio

Artículo 6(c): Sometimiento intencional de un grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial.

  • Imposición de un asedio total a la Franja de Gaza, privando totalmente a los gazatíes de electricidad, alimentos y combustible, y endureciendo aún más el bloqueo existente desde hace 16 años [1].

Artículo 25(3)(c): Con el fin de facilitar la comisión de dicho delito, ayuda, instiga o asiste de cualquier otro modo a su comisión o a su tentativa de comisión, incluso proporcionando los medios para su comisión

  • Israel compra 10.000 rifles para colonos israelíes [2].

Artículo 25, apartado 3, letra e): Incitar directa y públicamente a otros a cometer genocidio

  • «Luchamos contra animales humanos, y actuamos en consecuencia» (Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant) [3]

Crímenes de guerra – Infracciones graves por homicidios dolosos de los Convenios de Ginebra de 1949

Artículo 8(2)(a)(i): Homicidio intencionado

  • Israel atacó la «casa de la familia Shaban, matando a sus seis miembros, dos padres y sus hijos» [4].
  • Grave sufrimiento psicológico infligido a los palestinos que, todas las noches, sin electricidad, temen por su vida mientras continúan los bombardeos [5].

 Artículo 8.2.a.iii: Causar deliberadamente grandes sufrimientos y atentar gravemente contra la integridad física y la salud.

  • Efecto combinado del bloqueo parcial, el bloqueo total de Gaza y la guerra en la salud mental de los niños: «los niños que sobreviven a las guerras no salen ilesos y pueden pagar un alto precio psicológica, emocional o conductualmente», incluyendo «síntomas de ansiedad, depresión y trauma»[6]. Estos traumas pueden llegar hasta la «falta de interés por la vida cotidiana» y «se experimentan con frecuencia pesadillas», así como enuresis [7]. En 2022, se planteó la preocupación por la capacidad de los niños para hacer frente a esta situación y por el creciente número de pensamientos suicidas [8]. Aunque estos patrones se han observado y documentado después de la ofensiva militar israelí de mayo de 2021 contra la Franja de Gaza, pero antes de la que se produjo el 7 de octubre, siguen siendo relevantes para el propósito de este asunto. De hecho, este ataque es mucho más demoledor que el precedente, ya que el número de muertos palestinos asciende ahora a 1.900 [9].

Artículo 8(2)(a)(iv): Destrucción y apropiación extensivas de bienes, no justificadas por necesidades militares y llevadas a cabo ilegal y deliberadamente.

  • Del 7 al 12 de octubre de 2023, «las incursiones israelíes han destruido miles de viviendas y propiedades privadas y públicas» [10].

Artículo 8.2.a.vii: Deportación o traslado ilegal o confinamiento ilegal

  • 423.00 palestinos «obligados a huir de sus hogares en Gaza debido a los continuos y fuertes ataques indiscriminados israelíes». Posteriormente, el 13 de octubre de 2023, Israel ordenó la evacuación de «1,1 millones de palestinos en Gaza». [11]

Otras violaciones graves de las leyes y costumbres aplicables en los conflictos armados internacionales, en el marco establecido del Derecho Internacional

Artículo 8(2)(b)(i)): Dirigir intencionadamente ataques contra la población civil como tal o contra civiles individuales que no participen directamente en las hostilidades.

  • Familias enteras en el punto de mira y bajo los escombros: «[l]a familia Abou Dan estaba refugiada en su casa, en el campo de Bureij, en el centro del enclave. Todos comprobaban continuamente sus teléfonos para asegurarse de que el ejército israelí no les había enviado ningún mensaje comunicándoles que evacuaran su casa». «No hubo ningún disparo de advertencia, ningún mensaje de texto, nada. De repente, cayó una bomba, y luego dos», dijo Ahmed Abou Dan por teléfono» [12].

Artículo 8.2.b.ii: Dirigir intencionadamente ataques contra objetivos civiles, es decir, que no sean objetivos militares

  • Entre el mediodía del 11 de octubre y el mediodía del 12 de octubre, «aviones de combate israelíes llevaron a cabo docenas de ataques aéreos, destruyendo dos casas en Beit Lahiya propiedad de las familias Nsair y Al-Bes […]. También atacaron zonas residenciales de los barrios de Jabaliya, Al-Tawam, Al-Amoudi y Al-Karama […]» [13].

Artículo 8, apartado 2, letra b), inciso iii): Dirigir intencionadamente ataques contra personal, instalaciones, material, unidades o vehículos que participen en una misión de asistencia humanitaria o de mantenimiento de la paz de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección otorgada a las personas civiles o a los bienes de carácter civil en virtud del derecho internacional de los conflictos armados.

  • Al menos «12 empleados de la UNRWAVhan muerto desde el comienzo de las hostilidades» [14].

Artículo 8(2)(b)(iv): Lanzar intencionadamente un ataque a sabiendas de que causará pérdidas de vidas humanas o lesiones a civiles o daños a bienes de carácter civil o daños generalizados, duraderos y graves al medio ambiente natural que serían claramente excesivos en relación con la ventaja militar global concreta y directa prevista.

  • Desde el mediodía del 11 de octubre hasta el mediodía del 12 de octubre, aviones de combate israelíes llevaron a cabo decenas de ataques aéreos, junto con «intensos bombardeos de artillería limada y buques de guerra en el distrito de Gaza, dirigidos contra barrios residenciales», con el resultado de 78 palestinos muertos [15].

Artículo 8.2.b.ix: Dirigir intencionadamente ataques contra edificios dedicados a la religión, la educación, el arte, la ciencia o fines benéficos, monumentos históricos, hospitales y lugares donde se recoja a enfermos y heridos, siempre que no sean objetivos militares.

  • «Los bombardeos israelíes han dejado inoperativo el hospital de Beit Hanún y han dañado la unidad neonatal del hospital de Al-Shifa» [16].

Artículo 8(2)(b)(xii): Declarando que no se dará cuartel

  • «[t]odos los lugares en los que Hamás está desplegado, se esconde y opera […] los convertiremos en escombros. Digo a los residentes de Gaza: Marchaos ahora porque operaremos con fuerza en todas partes» [17].

Artículo 8, apartado 2, letra b), inciso xiv): Dirigir intencionadamente ataques contra edificios, material, unidades y transportes médicos y personal que utilice los emblemas distintivos de los Convenios de Ginebra de conformidad con el derecho internacional.

  • «Israel «atacó directamente una ambulancia de la Media Luna Roja Palestina en el norte de Gaza» el miércoles, matando a los paramédicos Khalil Al-Sharif, Yasser Al-Masri y Ahmed Dahman» [18].

Artículo 8.2.b.xviii: Empleo de gases asfixiantes, tóxicos o similares y de todos los líquidos, materiales o dispositivos análogos.

  • Uso de fósforo blanco por Israel los días 10 y 11 de octubre de 2023 [19]

Artículo 8(2)(b)(xx): Emplear armas, proyectiles y material y métodos de guerra que sean de tal naturaleza que causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios o que sean intrínsecamente indiscriminados en violación del derecho internacional de los conflictos armados, si empre que tales armas, proyectiles y material y métodos de guerra sean objeto de una prohibición completa y estén incluidos en un anexo del presente Estatuto, mediante una enmienda de conformidad con las disposiciones pertinentes establecidas en los artículos 121 y 123.

Artículo 8(2)(b)(xxv): Utilizar intencionadamente la inanición de la población civil como método de guerra privándola de los objetos indispensables para su supervivencia

  • «Imponer un cierre total de la Franja equivale a un castigo colectivo de una escala sin precedentes […]. Todos los pasos fronterizos entre Gaza e Israel están cerrados desde el viernes 6 de octubre. Desde entonces, ninguna persona o mercancía ha salido o entrado en Gaza a través de Israel […]» [20].

Los crímenes de guerra son algo cotidiano en Cisjordania. Del Observer/Guardian: ““Quieren venganza. O morimos nosotros o morís vosotros”: Los residentes de Cisjordania temen una creciente ola de violencia”.

[1] Sky News, «Israel imposes ‘complete siege’ of Gaza Strip and calls up 300,000 troops», 9 de octubre de 2023, disponible en: https://news.sky.com/story/israel-formally-declares-war-as-fighting-agai… Alice Speri, «Israel responds to Hamas Crimes by ordering mass war crimes in Gaza» (The Intercept), 9 de octubre de 2023, disponible en: https://theintercept.com/2023/10/09/israel-hamas-war-crimes-palestinians/, en referencia a Tom Dannenbaum, X, 9 de octubre de 2023, disponible en: https://twitter.com/tomdannenbaum/status/1711330192013095207.

[2] Jeremy Sharon, «Ben Gvir says 10,000 assault rifles purchased for civilian security teams» (The Times of Israel), 10 de octubre de 2023, disponible en: https://www.timesofisrael.com/ben-gvir-says-10000-assault-rifles-purchas….

[3] Sky News, «Israel imposes ‘complete siege’ of Gaza Strip and calls up 300,000 troops», 9 de octubre de 2023, disponible en: https://news.sky.com/story/israel-formally-declares-war-as-fighting-agai….

[4] Al-Haq, «Palestinian Organizations Call from the International Community to Stop Israel’s Reprisal against Palestinian Civilians», 8 de octubre de 2023, disponible en: https://www.alhaq.org/advocacy/21800.html.

[5] The Guardian, «Diario de Gaza: ‘We survived another night. Every inch of my body aches- lack of sleep is torture'», 13 de octubre de 2023, disponible en: https://www.theguardian.com/global-development/2023/oct/13/gaza-diary-we-survived-another-night-every-inch-of-my-body-aches-lack-of-sleep-is-torture.

[6] Indlieb Farazi Saber, «How the Israel, blockade affect mental health of Palestinian children» (Al-Jazeera), 12 de octubre de 2023, disponible en: https://www.aljazeera.com/news/2023/10/12/how-the-israel-war-blockade-af….

[7] Indlieb Farazi Saber, «How the Israel, blockade affect mental health of Palestinian children» (Al-Jazeera), 12 de octubre de 2023, disponible en: https://www.aljazeera.com/news/2023/10/12/how-the-israel-war-blockade-af….

[8] Save the Children, «Atrapados: El impacto de 15 años de bloqueo en la salud mental de los niños de Gaza», p.18, 22, disponible en: https://resourcecentre.savethechildren.net/document/trapped-the-impact-o….

[9] Al-Haq, «Acción urgente: Palestinian Human Rights Organisations Call on Third States to Urgently Intervene to Protect the Palestinian People Against Genocide», 13 de octubre de 2023, disponible en: https://www.alhaq.org/advocacy/21898.html.

[10] Al-Haq, «Días 5-6: Following Genocidal Statements, Israel Escalates Attacks on Gaza’s Civilian Population Through Killing, Starvation and Cutting Off Vital Supplies», 12 de octubre de 2023, disponible en: https://www.alhaq.org/advocacy/21877.html.

[11] Al-Haq, «Urgente: Israel’s Evacuation Order to 1,1 Million Palestinians in Gaza is Direct Forcible Transfer, Urgent Intervention is Needed», 13 de octubre de 2023, disponible en: https://www.alhaq.org/advocacy/21896.html.

[12] Clothilde Mraffko, «En Gaza, familias enteras destruidas por los bombardeos israelíes: «Mi hijo, mi sobrina y otro niño siguen bajo los escombros» (Le Monde), 12 de octubre de 2023, disponible en: https://www.lemonde.fr/en/international/article/2023/10/12/in-gaza-entir….

[13] Al-Haq, «Días 5-6: Following Genocidal Statements, Israel Escalates Attacks on Gaza’s Civilian Population Through Killing, Starvation and Cutting Off Vital Supplies», 12 de octubre de 2023, disponible en: https://www.alhaq.org/advocacy/21877.html.

[14] Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, «Hostilities in the Gaza Strip and Israel-Flash update #7», 13 de octubre de 2023, disponible en: https://ochaopt.org/content/hostilities-gaza-strip-and-israel-flash-upda….

[15] Al-Haq, «Días 5-6: Following Genocidal Statements, Israel Escalates Attacks on Gaza’s Civilian Population Through Killing, Starvation and Cutting Off Vital Supplies», 12 de octubre de 2023, disponible en: https://www.alhaq.org/advocacy/21877.html.

[16] France 24, «Gaza hospitals overwhelmed by air strikes and siege: doctors», 10 de octubre de 2023, disponible en: https://www.france24.com/en/live-news/20231010-gaza-hospitals-overwhelmed-by-air-strikes-and-siege-doctors.

[17] Primer ministro de Israel, X, 7 de octubre de 2023, disponible en: Primer Ministro de Israel sur X : «Primer Ministro Benjamin Netanyahu, esta tarde: «Esta mañana, en Shabat y día festivo, Hamás ha invadido territorio israelí y ha asesinado a ciudadanos inocentes, incluidos niños y ancianos. Hamás ha iniciado una guerra brutal y malvada». https://t.co/ckPXuXNHk0″ / X (twitter.com).

[18] Abeer Salman, Kareem Khadder y Ruba Alhenawi, «4 Palestinian paramedics killed Wenesday in strikes and shelling on Gaza» (CNN), 11 de octubre de 2023, disponible en: https://edition.cnn.com/middleeast/live-news/israel-hamas-war-gaza-10-11-23/h_b44251fc62ee96a79fcdb942c6aaad97.

[19] Human Rights Watch, «Israel: White Phosphorus Used in Gaza, Lebanon», 12 de octubre de 2023, disponible en: https://www.hrw.org/news/2023/10/12/israel-white-phosphorus-used-gaza-le….

[20] Al-Haq, «Urgente: Israel Announces Total Warfare on Gaza’s Civilian Population, Employing Starvation as a Weapon», 9 de octubre de 2023, disponible en: https://www.alhaq.org/advocacy/21830.html.

Omar Barghouti 

Activista de derechos humanos palestino, cofundador del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) por los derechos palestinos, recibió el Premio Gandhi de la Paz en 2017.

Michael Schaeffer Omer-Man 

es Director de Investigación para Israel-Palestina en DAWN (Democracy for the Arab World Now). Hasta 2019, fue director de la revista +972 Magazine. Ha trabajado además con agencias internacionales humanitarias y de refugiados en el contexto de Israel-Palestina.

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